CUATRO

Coloqué las reglas de la auto-crianza

en el mural de mis firmamentos.

Deseché mis defectos de fábrica

y senté denuncia ante la instancia pertinente:

la del ser.

Antes de actuar recordé mis reglas,

pero me rebelé contra este amo y esclavo que soy de mí,

y las he roto.

Actué por los defectos de fábrica, finalmente,

y no supe esclavo ya de qué seré.

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