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  • “Hijo de puta”

    Ser un hijo de puta es igual que ser un hijo de obrero mal pagado.

    Un “hijo de puta” —según el DRAE– es una mala persona. Es decir, si te crió una puta se asume que eres malo porque ser puta está mal. ¿Por qué está mal ser puta?

    “Puta” es una forma vulgar para decir “prostituta”. Una prostituta —DRAE–es una mujer que tiene relaciones sexuales a cambio de dinero.

    Históricamente, la mayoría de clientes de la prostitución han sido hombres buscando mujeres. En la edad media los curas consideraban inmorales a quienes la ejercían. Sin embargo se permitía porque se evitaba así que hombres incapaces de controlar sus aptetitos no “mellaran” el honor de las damas.

    Desde entonces la sociedad sigue manteniendo un concepto peyorativo a las mujeres que la ejercen y una también peyorativa connotación de la palabra puta (prostituta, cortesana, etc). Es decir, para la sociedad está mal que una mujer sea puta. Sin embargo, no se dice nada de los hombres que contratan a las putas. Sobre eso solo hay silencio.

    Entonces la palabra puta, que tanto pronuncia un montón de gente para insultar y denigrar, no existiría si no hubieran tantos putañeros. Hombres que no pueden controlar sus apetitos y que, claramente, cosifican a la mujer. Ciertamente, en algunos países nórdicos —Wikipedia— se considera la prostitución una forma de violencia contra la mujer, por lo que se les considera víctimas de explotación y a los clientes explotadores.

    Por lo tanto, “hijo de puta” no debería ser un insulto, sino solo una descripción de la situación violenta. Mientras que “hijo de putañero” sí que debería considerarse un verdadero insulto y una forma de denigrar. Pero claro, como la mayoría de nosotros somos hijos de putañeros, ni nos ofende. Sociedad de mierda.